lunes, 20 de agosto de 2012

Buenas noches, y buena suerte

El que dijo que todo el mundo tiene un talento oculto seguro que se dedicaba a vender libros de autoayuda. Lo siento pero es mentira. Lo siento por todos los que van a Operación Triunfo y lo siento por todos los que estáis frustados porque no habéis llegado a ser lo que queríais. Pero ha habido grandes personajes en la historia, completamente frustrados, que han llegado a ser genios. Por ejemplo, Van Gogh. Otros han sido grandes envidiosos también, digamos que Salieri quería ser Mozart y que Mozart murió en la indigencia, así que podemos suponer que no pretendía ser pobre. También Cervantes quería tener tanto éxito como Lope en teatro y nos imaginamos que soñaba con ser Shakespeare. Sin embargo, estas disquisiciones no nos llevan a ninguna parte.
Nuestro problema, el de la legión de treintañeros sobradamente preparados con Mactrabajos, podría llevarnos a creer que somos los jóvenes con peor suerte de la historia y que nunca llegaremos a nada. Tan solo hace falta echar otro vistazo a las vidas insulsas de grandes literatos como Melville, un simple oficinista, como también Joyce, un funcionario asqueado; por no mencionar al pobre Kafka cuya mujer lo tenía frito y escribía cosas que se definen como kafkianas, ahí es nada.
No obstante, estas otras reflexiones tampoco nos llevan a ninguna parte. Si lo que queréis es ser genios, no lo váis a conseguir porque no tiene sentido que todos los estudiantes de arquitectura quieran llegar a ser Norman Foster, y eso es tan estúpido como que todos los profesores de literatura quieran llegar a ser escritores. Será por eso que escriben “pecadillos rimados” (la definición no es mía) y deciden quién tiene talento y quién no.
A estas alturas, imagino que con vuestro talento innato habréis descubierto que mi intención es haceros ver que los mediocres también tienen derecho a vivir, a trabajar, a comer. Vamos a ver, si toda esa panda de mayo del ’68 que copa las universidades llegó a la cima de sus carreras dejando las nuestras en las ETTs, ¿por qué voy a tener que pensar que además de ser muy listos tienen que tener talento? Allá cada uno con sueños y sus vidas. Depende de cada uno ser un luchador mediocre y frustrado o un estúpido que cree tener un don. Pero cuando esta noche os acostéis con vuestra hipoteca a cuarenta años, porque queréis ser igual que los demás o mejor que algunos, sólo puedo deciros BUENAS NOCHES, Y BUENA SUERTE.

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